Cordial Capítulo 6

Capítulo 6

Corriendo. En verdad corriendo.

Habiendo salido corriendo de la posada ubicada en el centro de la ciudad de los Inicios, corrió por las calles pobladas por nada más que NPCs hacia la plaza frente al Palacio del Hierro Negro. Saltó a la Puerta de Teletransporte que parpadeaba con luz azul, teletransportándolo a la ciudad principal de “Jaileum”.

Una vez más corría por una ciudad desprovista de jugadores y llegó a la plaza de la puerta oeste.

Estaba a punto de salir corriendo al campo desde la puerta, pero un café abierto frente a la plaza captó su mirada.

Naturalmente, no tenía visitantes. Pero cuando observó una de las mesas, Eiji se detuvo.

Mientras continuaba mirándolo, dos jugadores aparecían allí como un espejismo.

Sentado en una de las sillas había un chico con un manto de color rojo y blanco junto con un peto plateado. En el otro lado estaba una chica con una capucha blanca. Mientras comían panqueques y algunos croque-monsieur[9], tuvieron una conversación amistosa.

Cuando Eiji dio un paso adelante, las dos figuras desaparecieron sin hacer ruido alguno.

“………… Yuna…………”

Murmurando esto, Eiji dio un paso más cerca del café.

En el cristal de la ventana de la tienda, vio el reflejo de su propio avatar. La misma apariencia que la del chico del espejismo que acababa de ver. Era más bajo que Eiji en el mundo real por diez centímetros, y su rostro parecía más joven también.

Su otro yo que nunca quiso ver… Nautilus.

Apretando los dientes, Eiji dio la vuelta y una vez más comenzó a correr.

Esta vez, dio un paso hacia el Campo Exterior a través de la puerta oeste. Un campo que era tan complicado como un laberinto debido a las paredes de rocas empinadas; al oeste, al oeste se dirigió. A veces, veía que aparecían los cursores rojos de los monstruos, pero se desviaba para evitar la batalla y seguía corriendo.

Era un camino que solo había tomado una vez hace más de dos años. Pero, curiosamente, no dudaba en qué camino tomar.

Si Yuna estaba pidiendo ayuda desde este mundo, solo había un lugar donde ella podría ubicarse y en el que él pudiera pensar. La mazmorra en el borde occidental del piso 40. El lugar donde Yuna había muerto.

No es como si las palabras de Kirito, el tipo que frustró su plan de traer de regreso a Yuuna, fueran del todo creíbles para él. Pero ese tipo se tomó la molestia de ir a ver a Eiji, una persona a la que por obvias razones nunca más quería volver a ver. Solo porque la asistente de escritorio de YUNA le había dicho que la “salvara”.

Si Kirito hubiera aparecido en el mismo lugar que él, quizás Eiji lo habría llevado al lugar donde Yuna había muerto. Pero no estaba en ninguna parte. Y Eiji actualmente no tenía la fortaleza mental para esperar hasta que se reagruparan.

Corría. Solo corría.

En poco tiempo, una estructura casi colapsada similar a ruinas apareció más adelante. Hasta ahora, había sido capaz de evitar a los mobs, pero esto sería difícil de hacer en una mazmorra con pasadizos confinados. Mientras huía, sacó una espada de una mano desde la izquierda de su cintura.

El nivel de Nautilus no había aumentado desde el día en que murió Yuna. Esto significa que sus estadísticas apenas eran aptas para pelear en el piso 40. Sin embargo, eso no significaba que él solo pudiera parar.

En el momento en que puso los pies en la mazmorra, se mostraron tres cursores en su camino. Sus nombres formales eran “Atormentadores Crueles”. Eran los típicos monstruos pequeños que podías encontrar en el piso 40, pero siempre operaban en grupos, por lo cual no podías bajar la guardia frente a ellos.

Sin embargo, Eiji gritó mientras preparaba su espada.

“¡Fuera del camino!”

 

Quince minutos después.

Una gran puerta familiar apareció adelante. Elevada hasta la cima del gran entrada de la puerta habían barrotes de hierro de aspecto robusto.

Eiji se detuvo y se apoyó contra la pared, respirando erráticamente. Abrió su ventana y volvió material su última poción de curación. La bebió todo de una vez, pero no era suficiente para sanarlo por completo; había perdido tanto de su HP durante sus batallas hasta este momento que había alcanzado la zona roja.

Tiró la botella vacía y se acercó a la puerta.

Más allá de la puerta había una cámara oblonga; y junto a la pared más alejada se encontraba imponente una figura gigantesca. Era el jefe de esta mazmorra. Una vez que diera un paso más allá de la puerta, el jefe operaría la palanca detrás de él, haciendo que las barras de hierro desciendan.

Para que las barras suban una vez más, sus únicas opciones eran derrotar al jefe o hacer que se alejara y volver a operar la palanca, pero de hecho sería difícil ganar contra el jefe por cuenta propia. Además, una gran cantidad de monstruos secuaces aparecerían en esta cámara.

“Yuna…………”

Gritando el nombre de su amiga de infancia con voz ronca, Eiji miró fijamente a un solo lugar dentro de la cámara.

Este era el lugar donde Yuna, quien había atraído a todos los secuaces con su habilidad de «Canto» sirviendo como señuelo, murió. De alguna manera había logrado llegar a este lugar, creyendo que si Yuna todavía estuviera en algún lado, sería aquí.

Sin embargo.

Dentro de la cámara pavimentada con piedras grises, solo soplaba un viento seco, sin señales de que Yuna se mostrara.

‘¿Debo entrar y pararme en el lugar donde murió Yuna?’

Ese momento todavía estaba grabado en la mente de Eiji, incluso ahora. El lugar donde Yuna cayó después de haber sido rodeada por numerosos monstruos estaba mucho más cerca de la puerta que el punto medio del lugar. Si estaba tan cerca, el jefe no debería moverse, incluso si entraba a la cámara.

Habiendo llegado hasta aquí, no había más opción para regresar. En este momento, incluso si Eiji muriera, su vida real no le sería arrebatada.

“Yuna”.

Murmuró una vez más, antes de cruzar la puerta.

El monstruo jefe, el «Jefe Carcelero Salvaje», todavía estaba sentado en el trono de piedra junto a la pared más lejana sin moverse. Eiji avanzó poco a poco hacia el lugar donde Yuna había muerto.

No había rastros o puntos de referencia a seguir, pero Eiji podía ver esa misma mancha como si hubiera una tenue luz brillando sobre ella. No estaba teñida del color de la sangre por los rayos del sol de la tarde que venían del exterior de la pared más lejana; sentía como si una luz pura y blanca se hubiera formado allí.

Cinco metros más. Tres metros……

“Durururu…………”

Un rugido grotesco resonó, haciendo que Eiji moviera rápidamente su mirada.

En lo profundo de la cámara, una sombra oscura, con luz brillando detrás de ella, se levantó lentamente. Con su mano izquierda levantó el hacha de dos manos, la cual su cuchilla parecía una guillotina, que había sido colocada contra su trono.

Con su mano derecha, activó la palanca que sobresalía de la pared.

“¡¡………… !!”

Cuando Eiji respiró hondo, las barras de hierro detrás de él cayeron con un feroz choque. Con esto, ya no podía escapar de la cámara sin derrotar al jefe o levantar la palanca.

Eiji estaba usando actualmente una AmuSphere, por lo cual su cerebro no sería destruido aunque muriera. Esto era cierto pero, ¿qué pasaría con Nautilus? No había una función de reactivación en el SAO original, por lo tanto, en el peor de los casos, ¿no era posible que todos los datos de sus personaje fueran eliminados?

Una eliminación de datos no era atemorizante. Sin embargo, si el jefe lo mataba y se borran sus datos, no tendría una segunda oportunidad de volver a ver a Yuna como Nautilus.

Con cada paso del Jefe Carcelero sobre el piso, se producían temblores.

Llevando su hacha ridículamente gigantesca en su hombro, el jefe daba un paso adelante y luego otro. No había señales de que aparecieran los secuaces, pero deberían comenzar a surgir uno tras otro tarde o temprano una vez que comience la batalla.

Ya que su camino de retirada fue obstruido, ya no tenía más remedio que luchar. Pero las posibilidades de que Eiji venciera al jefe mientras estaba solo ahora eran extremadamente cercanas a cero. Incluso ese día, Eiji- Nautilus no habría sido capaz de luchar adecuadamente si los miembros de Fuurinkazan no hubieran estado allí con él.

Sí… pensando en ello ahora, hasta ahora, ¿alguna vez Eiji ha derrotado a un oponente formidable usando solo su propia fuerza?

Después de quedar atrapado en SAO, se dedicaba a practicar las Habilidades de espada en los campos de entrenamiento dentro de la Ciudad de los Inicios, y aumentó su nivel solo farmeando monstruos más débiles. Después de unirse a los Caballeros de la Sangre, solo había peleado contra monstruos como parte de un grupo.

Lo mismo aplicaba en Ordinal Scale. Subió hasta el rango 2 únicamente gracias a la herramienta de ayuda de batalla equipada con su Augma, así como a su traje exo, en lugar de hacerlo por su propia fuerza. Es por eso que una vez que el traje fue destruido, él estaba a la deriva y perdió contra Kirito.

Sin embargo, ahora. Al menos ahora.

“Yuuna…………”

Murmurando una sola palabra, Eiji preparó su espada.

Sus recuerdos de este mundo deberían haber sido enterrados tan profundamente dentro de él que ni siquiera podría encontrarlos él mismo, pero su cuerpo se movió por sí mismo, comenzando el movimiento para la habilidad de espada «Salto Sónico».

Su espada brillaba de color azul. Con su pie derecho, pateó el suelo con todas sus fuerzas y el sistema ayudó a acelerar ferozmente a su avatar.

La habilidad de embestida de Eiji… fue absorbida por el hacha de dos manos que ahora tiene el Jefe Carcelero. Cuando soltó un sonido metálico y salieron chispas, la hoja casi se hundió en el mango del hacha mientras temblaba violentamente, a la vez que el efecto de luz desaparecía.

La habilidad de espada terminó allí; Durante el tiempo en que el cuerpo de Eiji quedó rígido en el aire, el jefe utilizó el mango de su hacha para golpear a Eiji con fuerza.

“¡Guah……!”

En el momento en que fue cayó al suelo, un pobre sonido escapó de su boca. Su cuerpo rebotó una y otra vez mientras rodaba por el suelo, y cuando finalmente se detuvo, su barra de HP cayó de repente. Era un terror, como si la sangre en todo su cuerpo se hubiera congelado.

La barra se detuvo justo cuando casi no quedaba nada de la zona roja. No quedaban más pociones. La doble barra HP del jefe todavía estaba llena. Sin embargo, no podía rendirse ahora.

Habiéndose levantado mientras se tambaleaba, Eiji una vez más blandió su espada e intentó dar un paso al frente.

Sin embargo, su pierna derecha… se fijaba al suelo de forma tan sólida como una roca, tanto que incluso podía escuchar un ruido sordo.

Pensó que tal vez había caído en una trampa, pero no veía nada mal con su pierna cuando miró hacia abajo. En este punto, finalmente se dio cuenta.

Esto era lo mismo que esa vez…… el fenómeno de endurecimiento del avatar que expulsó a Nautilus del Primer Ejército de los Caballeros de la Sangre, y también fue la causa de la muerte de Yuuna.

Después de ser liberado de SAO, Eiji finalmente descubrió la causa de este fenómeno.

DIT—La Disconformidad en Inmersión Total era una condición en la que se producía un mal funcionamiento en la transmisión entre el cerebro y el factor emisor del panel de la matriz, limitando sus acciones en el mundo virtual.

–¡Muévete! ¡¡Muévete, Muévete!!

Gritando exactamente las mismas palabras en su mente que en ese momento, Eiji intentó desesperadamente mover su pierna derecha.

El desencadenante del DIT, en el caso de Eiji, era su miedo a la muerte. Cuando intentaba evadir el peligro, su instinto abrumaba su capacidad de razonar, congelando a su avatar. El profesor Shigemura, que le había explicado esta lógica, había dicho que se trataba de un defecto del dispositivo, por lo cual era un problema que Eiji no pudiera hacer nada por su propia voluntad y pensamientos.

Sin embargo, ese hombre: Kirito hizo posible lo imposible.

Derrotó a Eiji, quien estaba asistido por software y hardware, e incluso acabó  con el jefe final, lo cual debería haber sido una existencia absoluta incluso en el Sistema Cardinal. Eiji estaba seguro de que el propio Kirito no estaba dotado de ningún poder especial ni nada por el estilo. Si lo obligaran a decirlo, era por su fuerza de voluntad… la fortaleza mental para enfrentar cualquier obstáculo sin importar cuán desesperada sea la situación sin darse por vencido, a diferencia de Eiji.

La razón por la cual Eiji no pudo moverse debido a DIT, era porque el deseo de huir lo acechaba en algún lugar dentro de su corazón. El profesor llamaba a ese deseo un “instinto”, sin embargo, un hombre debería tener la capacidad de desechar sus instintos.

Frente a él, el Jefe Carcelero distraídamente giró su cuerpo hacia Eiji para dirigirse hasta él. En los alrededores, tres luces azules comenzaron a parpadear. El efecto de surgimiento de secuaces.

Miedo.

No puede hacer nada para dejar de sentirse con miedo. Sin embargo, era incapaz de apartar los ojos de esa emoción y fingir que no la veía. No, eso no era verdad; aceptó su propio miedo… su debilidad, y la convirtió en fe en sí mismo. Él podría moverse. Él podría superar su debilidad y seguir adelante.

“¡¡¡Dije que te mueeeeeeeeeevas!!”

Tensando su voz hasta el límite, Eiji gritó.

*Crack*, sintió como si algo se rompiera cuando su pie derecho dio un paso adelante.

Él pateó el suelo y corrió. El Jefe Carcelero blandía su hacha de dos manos, mientras que los secuaces que habían aparecido levantaban sus espinosos garrotes.

Incluso si él ni siquiera tenía 1 oportunidad en 10000 de ganar, Eiji todavía estaba vivo. En ese caso, pelearía hasta el último de sus momentos finales.

En ese momento–

“¡Eiji, usa esto!”

Con ese grito, algo brilló en el aire.

Girando mientras volaba hacia él y brillando de color dorado al reflejar los rayos del sol poniente, se encontraba una espada sorprendentemente enorme. Parecía más un tipo de dispositivo que un arma, tenía una forma extraña.

Su subconsciente actuó por reflejo y la mano derecha de Eiji guardó su espada en su vaina, mientras que al mismo tiempo su mano izquierda se extendía hacia la enorme espada dorada. En el momento en que agarró la empuñadura hecha de un material transparente, innumerables iconos de hechizos se iluminaron debajo de su barra de HP, y su HP de repente comenzó a subir.

“¡Dyurudoraaaaah!”

El Jefe de Warder lanzó un grito cuando su hacha de dos manos lo atacó con gran fuerza.

Al mismo momento, Eiji también balanceó la enorme espada dorada en sus manos hacia abajo.

En el momento en que ambas armas hicieron contacto, el hacha del Jefe Carcelero se derrumbó en innumerables fragmentos con apenas algo de resistencia. La enorme espada continuó su trayectoria, dividiendo en dos el gran cuerpo del monstruo jefe y eliminando instantáneamente su barra doble de HP.

Justo cuando el Jefe Carcelero se rompió en partículas azules y desapareció, los tres atormentadores dejaron de moverse por un momento. Sin dejar pasar esta oportunidad, movió la enorme espada horizontalmente. Habiendo dividido sus cuerpos en dos, los tres secuaces desaparecieron antes de que pudieran soltar un grito.

Con la espada dorada habiendo eliminado al jefe y los secuaces en tan solo tres segundos, Eiji la observó con ojos estupefactos. Escuchó el sonido de la palanca al lado del trono en movimiento, causando que las barras de hierro en la entrada se elevaran.

Corriendo hacia la habitación estaba Kirito, con dos largas espadas en la parte trasera de su largo abrigo negro, así como una niña vestida con un vestido blanco de una sola pieza.

“………… Kirito… tú, ¿cómo supiste que este lugar……? ¿–Qué es esta espada…? ¿Quién es esta niña…………?”

Sin responder ninguna de las tres preguntas de Eiji, Kirito le preguntó.

“Más importante, ¿¡qué pasó con Yuna!? ¿¡Está aquí!?”

En ese punto, incluso Eiji finalmente recordó lo que tenía que hacer. Después de haber empujado la gran espada contra Kirito, corrió hacia la esquina sudeste de la sala, el lugar donde Yuna había muerto.

“¡Yuna ………… Yuna!”

Gritando, entró en el lugar donde se había acumulado la tenue luz; en ese momento.

La luz se enfocó suavemente, se agrupó y formó una sola figura.

Un cabello largo de color blanco. Un vestido negro de una sola pieza y medias hasta los muslos. Sus párpados estaban cerrados.

No era Yuuna- White Yuna. Era Yuna- Black Yuna, quien no debería haber existido en este mundo.

“¿¡Yuna……!?”

Gritando, Eiji extendió la mano hacia ella con sus manos. Habiéndose materializado y siendo incapaz de pararse, Black Yuna colapsó en los brazos de Eiji.

Él se arrodilló para sostenerla, pero no podía sentir ningún peso en absoluto. Por el contrario, su avatar estaba plagado de interferencias que incluso ahora parecía que podría derrumbarse en cualquier momento.

“¡Yuna…… ¿¡Qué está pasando!? Yuna!”

Cuando le gritó desesperadamente, las pestañas de ella temblaron ligeramente cuando sus ojos rojos se asomaron un poco.

“E…… Ei………… ji.”

La voz, creada tomando muestras de la voz de Yuuna pero teniendo un timbre ligeramente diferente al de ella, dijo el nombre de Eiji.

“Viniste…… por…… mi…………”

Habiendo expresado eso, ella cerró los párpados otra vez.

Eiji miró a Kirito parado a su lado, y gritó febrilmente.

“Kirito, ¿¡qué está pasando……!? ¡Yuna……! ¡Yuna, ¿¡qué está pasando……!?”

Quien respondió no fue Kirito, sino la chica de pelo negro que estaba a su lado.

“El módulo de IA de Yuna-san ha comenzado a fracasar”.

“¿¡Q… qué quieres decir!? Yuna está en el mundo real como una idol, incluso ahora……”

“Actualmente, quien opera como una idol de la Realidad Aumentada es una copia de la Black Yuna original que tienen allí. Como mínimo, parece que hay al menos cinco de ellas operando al mismo tiempo. ”

Las palabras de la niña eran tranquilas, pero su expresión estaba teñida de dolor. Kirito gritó con asombro.

“¿¡C…… Copia, dices!? P-Pero, si tú……”

” …… Sí. Todos nosotros, las IAs basadas ​​en SAO, fuimos creados según la base de nuestra singularidad. No podemos soportar el reconocimiento de que haya duplicados de nosotros, y por tanto los errores se acumulan en nosotros.”

“Entonces… ¿las copias de Yuna que funcionan como idols también les pasará lo mismo un día……?”

“Sí. Me temo que probablemente haya algunas copias de Yuna que ya colapsaron. Black Yuna también continúa acumulando errores, aunque… otro…………”

La niña cerró los párpados por unos segundos y, después de fruncir el ceño como si estuviera buscando algo, continuó desde donde había parado.

“……. Parece que otro módulo de IA de mayor rango está realizando algunas correcciones de errores y de alguna manera ha sido capaz de detener su deterioro.”

“Un módulo…… de mayor rango.”

El que murmuró eso fue Eiji.

El módulo del motor de lenguaje en el servidor de SAO tenía tres niveles. Black Yuna debería estar utilizando el nivel 2, el motor para asistencia de IAs. Por encima de eso, solo había un módulo, el nivel 1. El motor de lenguaje para los últimos jefes……

“El módulo de mayor rango está utilizando sus propios datos para detener el deterioro, sin embargo, parece que le falta una información… un núcleo de memoria. Si solo tuviera eso, parece que podría repararla por completo……”

“Un núcleo de memoria…… ¿Qué es específicamente……?”

Ante el murmullo de Kirito, la niña levantó sus pequeñas manos en un gesto como si estuviera sosteniendo alguna cosa.

“Datos que simbolicen el recuerdo más precioso de Black Yuna. Ni siquiera yo sé que forma específica tiene. Incluso la IA de mayor rango que está tratando de reparar Black Yuna está en el proceso de perder su personalidad y actualmente no puede responder a las solicitudes.”

– El recuerdo más precioso… de Black Yuna.

Eiji no tenía idea de cuál podría ser. Black Yuna fue creada sólo con el deseo de cantar. Ya que hablaba de recuerdos preciosos, pensó que podría ser su último concierto en vivo en el estadio, pero no había manera de que supiera qué forma había tomado ese recuerdo.

En sus brazos, la mano derecha de Yuna, repleta de interferencia, comenzó a moverse bruscamente. Se movía como si estuviera sosteniendo algo entre sus dedos y lo sostenía hacia la luz.

– ¿Has crecido tanto como ellos, Yuna?

Dentro de sus oídos, su propia voz resonaba débilmente. Seguido por la respuesta.

– Sí, es porque son bonitos.

“¡¡………… !!”

Jadeando, Eiji, quien se encontraba en estado de trance, abrió su inventario. Como si fuera guiado por algo, cambió las pestañas y materializó un solo elemento.

Una botella de vidrio esférica, rellena con dulces multicolores. El único objeto de Yuuna con el que se había quedado Eiji justo antes de que ella muriera.

“Yuna…………”

Diciendo su nombre, Eiji hizo que Black Yuna agarrara la botella.

En un instante, todos los dulces dentro de la botella brillaron con los colores de un arcoíris.

La botella misma desapareció como si la luz se hubiera derretido. Sin embargo, la luz no desapareció y en su lugar se alojó en las partes rotas del avatar de Black Yuna, comenzando a parpadear suavemente.

Y entonces, Eiji vio.

A una chica con sombrero blanco, arrodillada junto a Black Yuna y acariciando sus mejillas con una sonrisa amable.

“………… Yuna.”

Mientras le susurraba, la chica levantó la cabeza, mirando directamente a Eiji. Esa cara sonriente que llevaba un sombrero con plumas, por un momento, se superpuso con la cara de otra chica.

– Eh-kun, lo estuviste guardando todo este tiempo por mí……

La voz resonó en su cabeza, mientras la chica se convertía en innumerables gotas de luz y desaparecía.

“Eiji…………”

Al escuchar como ella pronunciaba su nombre nuevamente, bajó la cabeza.

Con toda la interferencia habiendo desaparecido de su cuerpo, los ojos color rubí de Black Yuna se encontraban mirando fijamente a Eiji.

Encima de su pecho, gotas claras goteaban una tras otra. El hecho de que estas fueran sus propias lágrimas… eludía los sentidos de Eiji por unos momentos.

“………… La IA de mayor rango se ha desvanecido por completo.”

Murmuró la chica de cabello negro, pero Eiji sacudió ligeramente la cabeza mientras las lágrimas continuaban cayendo.

No era como White Yuna… Yuuna había desaparecido. Dentro de Black Yuna, como recuerdos… como recuerdos, ella continuaba existiendo. Ella todavía estaba viva.

Abrazando firmemente a Black Yuna, Eiji soltó un llanto insoportable. Indefinidamente, indefinidamente continuó llorando con la voz de un niño.

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