Prismatic Colors

Prismatic Colors
Traducción: TSA

Este libro de arte contiene una historia recientemente escrita por el autor de SAO, Kawahara Reki. La historia se desarrolla durante el Arco de Alicization, en el momento en que Kirito y Eugeo eran Aprendices de Élite.


−Dime, Kirito... ¿Estás seguro de que no necesitamos visitar a Raios y a Humbert al hospital?

Eugeo lo mencionó de repente cuando estaba limpiando la mesa con un trapo húmedo, lo que me provocó fruncir el ceño como resultado.

−No creo que lo hagamos; no realmente... No es como si ellos nos esperaran;

Definitivamente no.

Respondí antes de volver a limpiar los utensilios de té, pero la expresión ansiosa de Eugeo no disminuyó.

−Sin embargo, Raios es el primer rango, mientras que Humbert es el segundo rango, ya sabes. Siendo los aprendices quinto y sexto, si no los visitamos ni una sola vez, ¿no crees que eso los alentaría a regresar para darnos algunos golpes?

Parecía que Eugeo solo estaba preocupado por los problemas que ese dúo nos causaría cuando fueran dados de alta, en lugar de estar realmente preocupado por su bienestar.

Ya han pasado tres semanas desde que esos dos fueron mordidos por un cangrejo venenoso y como resultado fueron hospitalizados. Parece que no había peligro para su vida, pero no están teniendo mucha suerte con la recuperación de la parálisis de su pierna; según recuerdo los rumores, serían dados de alta del hospital después de~

−¿No dijeron que les tomaría un año recuperarse? Tú y yo ya nos habremos graduado para entonces. Como si nos importara lo que digan a nuestras espaldas en ese momento.

−Sin embargo, podrían ser dados de alta temprano, ¿sabes? De hecho, esta mañana Wegin, de tercer rango, y Elcar, de cuarto rango, dijeron que ya habían visitado al dúo al hospital. Pero eso me ha estado molestando.

−Muh...

El aprendiz de élite de tercer rango Wegin Sorby y el cuarto rango Elcar Marscal fueron dos ejemplos principales de hijos primogénitos de una familia de alto nivel; a diferencia del dúo de Raios, no nos atacaron, ni hicieron bromas con nosotros, pero tampoco es que estuviéramos particularmente cerca de ellos.

−... Bueno, esos tipos provienen de familias nobles de clase alta. ¿No están obligados a hacerles una visita debido a alguna relación familiar o algo así?

−Si vas a ir allí, debo tener en cuenta que tú y yo deberíamos ser los únicos aprendices de élite que no provienen de una familia noble, Kirito, ¿todos, aparte de nosotros, irían al hospital?

−¿Qué? No podemos ser los únicos que no somos nobles...

Aunque intenté discutir allí, honestamente, en realidad no recuerdo las caras y los nombres de los diez colegas que viven en el dormitorio de los aprendices de élite.

−Ehm, el aprendiz de quinto rango eres tú, el sexto soy yo, el séptimo es Sohmmelier, el octavo es Shu...

Aunque tuve que pedir prestada la ayuda de Eugeo para esto, de alguna manera logré nombrar a los aprendices hasta del décimo rango, cuando...

−¡Ah, están trabajando de nuevo!

Una voz sonó en la espaciosa sala de estar, lo que nos llevó a recurrir a su fuente al mismo tiempo.

Al salir por la puerta que conducía a la habitación de Eugeo, había una chica con el pelo largo y rojo colgando de la espalda. Fue la aprendiz primaria Tiese Shtolienen, la chica que sirvió como valet de Eugeo.

−¡Senpai, la limpieza es mi trabajo y el de Ronye! ¡Ustedes dos no necesitan hacer nada!

Después de intercambiar una mirada y una leve sonrisa irónica con mi compañero, volví a mirar a Tiese.

−Lo entiendo un poco, pero no puedo sentirme cómodo, entonces... Cuando dije eso,

−Desde que dejamos nuestro pueblo, siempre nos hemos ocupado de nuestras cosas, así que nos sentimos culpables cuando solo te vemos trabajar.

Eugeo vino a apoyarme. En realidad, en su mayoría era Eugeo cuidándome en ese entonces, pero incluso un chico como yo no puede evitar pensar que está mal simplemente recostarse en el sofá con las piernas estiradas mientras que las chicas hagan todo el trabajo. Incluso si esa es una tradición de la Academia de la Espada.

−Entonces, terminemos de limpiar este, al menos... eso es todo lo que pido.

Mientras levantaba la tetera, mi valet, la aprendiz primaria Ronye Arabel, se las arregló para escabullirse y arrebatármela antes de siquiera notarla.

−¡Que no lo hagas, senpai! ¡La limpieza también es parte de nuestro entrenamiento como valets!

−... Pensar que lograrías atraparme por sorpresa; seguro que te has vuelto bastante capaz, Ronye.

Incluso cuando hice una pose de resignación, juré en mi corazón: “Me aseguraré de ayudarte con la limpieza mañana, cuando no estés mirando, también...”, antes de mirar a Eugeo.

−Entonces, ¿de qué estábamos hablando?

−Estábamos tratando de ver si podías nombrar a todos los aprendices de élite, Kirito. Vamos, solo te quedan dos.

−¡Oh... ehm, el aprendiz undécimo clasificado es... Phinea! Y el duodécimo rango es... ah, eh, uh...

A pesar de mis valientes esfuerzos para refrescar mi memoria, no podía recordar ese nombre final. ¿No parece que estoy menospreciando a ese duodécimo rango?

Para demostrar que no soy como el dúo de Raios, que se jactaban de su rango en cada oportunidad, continué mis gemidos en un intento de recordar el nombre del aprendiz, pero ni siquiera podía recordar sus iniciales, por lo tanto, decidí renunciar de mala gana y una vez más levanté las manos.

−¡No me acuerdo! ¿Quién es el duodécimo rango?

−Jaja, bueno, diría que te esforzaste lo suficiente al menos en comparación con los intentos anteriores. El duodécimo rango es...

Como las palabras de Eugeo terminaron repentinamente es ese punto, lo miré a la cara. La mirada de mi compañero vagó sin rumbo por unos momentos, hasta que finalmente murmuró con una débil voz.

−Huh... eso es extraño. Ehm, el duodécimo rango es...

−¿No me digas que ni siquiera tú puedes recordarlo, Eugeo?

Después de decir eso con una gran sonrisa en mi rostro, inconscientemente me di la vuelta hacia las dos valets. Justo en ese momento, noté que tanto Tiese como Ronye estaban igualmente inmóviles, sosteniendo una escoba y un plumero en la mano, respectivamente.

−Qué... Entonces ustedes dos tampoco saben su nombre, ¿Tiese, Ronye?

−Oh, no... por supuesto, hemos memorizado los nombres de todos los estimados aprendices de élite... o al menos deberíamos haberlo hecho...

Cuando Tiese respondió equívocamente, Ronye a su lado también inclinó la cabeza.

−Y yo estaba segura de que también los había memorizados el día en que me llamaron para convertirme en un valet.

−...

“¿Qué rayos está pasando aquí?” También incliné la cabeza con perplejidad.

“¿Me estás diciendo que todo lo relacionado con el aprendiz de élite de duodécimo rango fue borrado de los recuerdos de los que están aquí?” “¿O tal vez, de todos los alumnos de la Academia de la Espada?” “¿O tal vez, incluso de todos los residentes del Imperio Humano?”.

“Eso es absurdo” es lo que quería creer, pero no podía dejar el asunto así. Con mis manos colocadas sobre mis rodillas, me puse de pie, gritando −¡Muy bien!− en el proceso.

−En ese caso, ¡Vamos a echarle un vistazo!

−¿Eh...?

Agarrando firmemente el brazo del asombrado Eugeo, lo forcé a ponerse de pie.

−El duodécimo rango debería estar dentro de este dormitorio, ¿verdad? Tener una buena mirada en su cara debería refrescar nuestra memoria. Ronye, Tiese, ¡les dejamos el resto de la limpieza a ustedes!
Parloteando, saqué a mi compañero de la habitación.

Los dormitorios de los aprendices de élite de la Academia de la Espada de Centoria Norte, era un edificio circular que parecía un pequeño teatro; el comedor y el salón de entrenamiento se ubicaban en el primer piso, mientras que en el segundo y tercer piso estaban formados por las habitaciones y salas de estar de los alumnos. Nuestra habitación estaba en el tercer piso, así que corrí escaleras abajo hasta el segundo piso para llegar a la habitación que debían compartir los rangos once y doce.

−Oye, Kirito, ¿en serio lo vas a llamar?

−¿Realmente crees que podemos regresar ahora después de llegar tan lejos?

“¿Qué voy a hacer si el duodécimo rango es alguien como Raios...?” No pude evitar ser atormentado por pensamientos como ese, pero la undécima clasificada Phinea Swert, por lo menos, era gentil y amable, por lo que probablemente no terminaríamos siendo arrojados por la puerta. Convencido, llamé dos veces a la voluminosa puerta.

Después de cinco segundos completos, −Adelante−, escuchamos una débil voz femenina desde adentro. “Supongo que es Phinea”, con ese pensamiento, pronuncié −Disculpe− en coro con Eugeo, antes de abrir la puerta.

El diseño interior de la sala compartida era idéntico al nuestro, aunque podía sentir un leve aroma dulce. Y un olor extraño también. “Me pregunto de dónde viene ese aroma...”, frunciendo el ceño con ese pensamiento en mente, rodeé la partición frontal. En ese mismo momento,

−Uwah.

Eugeo dejó escapar un grito corto. Yo mismo estaba a punto de agarrar la vaina de mi espada con mi mano izquierda, pero ni siquiera estaba armado con mi espada en primer lugar. La fuente de nuestra sorpresa fue un enorme perro tirado en el piso. Su pelaje espeso era blanco con un ligero tinte gris, sus orejas eran tan largas como un par de alas cortas, mientras que una campana grande colgaba de su
cuello. Sus ojos azules no mostraban signos de hostilidad en este momento.

Cuando levanté la vista, encontré a una mujer esbelta con un uniforme de aprendiz de élite de pie más allá. No era Phinea. Tenía su cabello color café con abundante leche vertida en una cola de caballo y llevaba gafas, algo raro en Underworld. Sus rasgos faciales refinados se podían encontrar tanto entre la
gente del imperio occidental como en el imperio oriental. En realidad... siento que la he visto antes, o tal vez no...

−... ¿Quién serías?

Al escuchar esa pregunta casi monótona, me puse nervioso.

−Oh... p-por favor disculpe. Soy el aprendiz de élite Kirito y este es el aprendiz de élite Eugeo.

Cuando los dos saludamos al mismo tiempo, la mujer devolvió el saludo con una leve reverencia.

−Yo soy Ceba y este pequeño es Yodare.

−... ¿Yodare? Ese seguro es un nombre bastante único para un perro, en realidad, eso no suena como un nombre que usaría en Underworld..., después de pasar unos momentos con esos pensamientos en mente, recordé que el objetivo de nuestra visita no era el nombre del perro.

Ceba, definitivamente nunca había oído hablar de eso antes. Pero ¿es eso posible? Al ver que ella era una aprendiz de élite como yo, debería haber vivido junto a esta mujer en el dormitorio de los aprendices primarios durante un año, sin menciona que debería haberle visto la cara durante los exámenes, y tal vez incluso había cruzado espadas con ella.

A mi lado, Eugeo estaba parado inmóvil en un sueño. Parece que incluso mi compañero no recordaba a Ceba. Esto se estaba volviendo más y más sospechoso.

Sin embargo, la misma Ceba no mostró preocupación por nuestro desconcierto e hizo otra pregunta en el mismo tono.

−¿Qué los trae por aquí?

−Oh, ehm... umm, ya hemos intercambiado saludos con Phinea cuando fuimos nombrados aprendices de élite, pero todavía tenemos que hacerlo contigo.

−Hmmmh. Qué cortés de que te esfuerces tanto por eso. ¿Van a tomar un té?

−Oh, no, no, no te preocupes por nosotros. Ehm, espero que nos llevemos bien...

Muchas cosas no tenían sentido aquí, pero al decir que habíamos logrado el objetivo de nuestra visita como mínimo, le tendí la mano derecha. Después de intercambiar un breve apretón de manos conmigo, ella también hizo uno con Eugeo.

De repente, sentí que le extraño olor antes mencionado se volvió un poco más fuerte. Cuando reflexivamente miré mi mano derecha, noté que algo pequeño y azul estaba pegado a mi dedo índice. Me llevé la mano a la nariz y olí. Parecía resina de pino... espera, no, esto era pintura. Era el aroma de la pintura al óleo.

En ese momento.

Me llamó la atención una sensación que parecía como si algo se hubiera roto en mi cabeza. Miré por encima de la cara de Ceba de nuevo, luego miré a Yodare, antes de volver a mirar a Ceba.

−... Ah... ¡Eres la de entonces! La que luchó con nosotros contra el jefe oculto en el quinto piso del Nuevo Aincrad...

Una vez solté todo ese, entré en pánico porque me equivoqué allí. Esos fueron todos los términos que Eugeo nunca había escuchado antes. Pensando en cómo salir de esto, miré a mi compañero, solo para sorprenderme aún más.

Como si se hubiera convertido en una escultura, Eugeo estaba completamente tieso. Y no fue solo Eugeo. Incluso el vapor que se elevaba de la taza de té sobre la mesa, así como el pequeño pájaro que volaba en el cielo fuera de la ventana, se habían detenido; los únicos que aún nos movíamos en el mundo éramos Ceba, Yodare y yo.

−Oh, parece que eso despertó algunos recuerdos.

Cuando Ceba se encogió de hombros, di un paso hacia ella.

−Como si pudiera olvidarme de todo eso... o eso quisiera decir, pero me había olvidado por completo hasta hace unos momentos. ¿Qué está pasando aquí?

−Estoy recorriendo mundos donde mi arte aún no existe. Cuando el arte que debo pintar está hecho, desaparezco del mundo y de los recuerdos de aquellos que he conocido también. Aunque en muy raras ocasiones, termino conociendo a las mismas personas nuevamente.

−¿Recorriendo mundos...? ¿Te refieres a mundos VRMMO? ¿Cómo lograste sumergirte a Underworld?

−¿Qué tal si lo dejamos así? Piensa en mí como en un ser similar a la luz dispersada por un prisma... En un momento, brillo en un mundo en los siete colores prismáticos, pero una vez que el ángulo de prisma cambia, empiezo a brillar en un mundo diferente.

Al decir algo enigmático, Ceba señaló la puerta detrás de mí.

−Ahora bien, es hora de que te vayas. Una vez que salgas por esa puerta, te olvidarás de mí otra vez.

−... Al menos respóndeme esta cosa antes de irme.

Le hice una pregunta a la misteriosa chica.

−En ALO, pintaste en el lienzo más grande que existía en ese mundo... en la bandera del gremio, cierto. ¿Qué planeas pintar aquí?

Una vez dije eso, una leve sonrisa apareció en el rostro de Ceba mientras miraba por la ventana. Cuando seguí su mirada, más allá de las copas de los árboles, vi la Catedral Central blanca como la tiza, que brillaba en un naranja vivo, debido a la puesta del Sol.

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