Capítulo 3
Después de haber tomado varias de sus pertenencias personales almacenadas en un gran sobre y firmar un montón de documentos, Nochizawa Eiji salió por la puerta de entrada de la estación de policía de Yoyogi.
Ya habían pasado siete días desde que se entregó el 1 de mayo. En realidad, quizás sería más exacto decir que solo fueron siete días.
Eiji había testificado la verdad sobre todo, aparte de sus motivos, con respecto a cómo atacó e hirió a los miembros del gremio Fuurinkazan en Akihabara y en el estadio Yoyogi. Durante la investigación, afirmó que “guardaba rencor por algún problema dentro del juego “, aunque eso no era una mentira completa.
Se imaginó que no habría ninguna posibilidad de ser puesto en libertad bajo fianza, ya que había enviado hasta seis personas al hospital, sin tener a nadie que respondiera por su comportamiento al momento de la liberación; sin embargo, hoy se le informó de repente que sería liberado sin una acusación formal. Parecía que los chicos de Fuurinkazan no habían presentado cargos o los habían retirado, pero Eiji no se sentía en deuda con ellos por eso. Después de todo, solo porque fuese liberado no significaba que tuviera algún lugar adonde ir.
Convencionalmente, no tenía otra opción que regresar a su departamento en Meguro. Él quería cambiarse, tomar un baño y, sobre todo, dormir profundamente en una cama familiar.
Sin embargo, al mismo tiempo, también sintió que no quería hacer eso.
Él no quería volver a su vida normal. Nunca quiso volver a esos días en los que solo podía esperar a que su arrepentimiento y su desesperación lo comieran de a poco.
Desde que fue liberado del juego de la muerte en el otoño de hace dos años…… no, para ser precisos, un año más antes de eso, desde el 18 de octubre de 2023, el día en que Yuuna murió en Aincrad, Eiji vivió en un mundo donde no hay luz.
Habiendo dejado a los Caballeros de la Sangre, se refugió en la posada del Primer Piso donde había estado viviendo con Yuuna, recordando los momentos finales de Yuuna una y otra vez cada día. Su cabeza estaba llena de pensamientos como ‘En ese momento, si solo hubiera hecho esto o aquello’.
Al principio, solo se culpaba a sí mismo. ‘Si solo hubiera sido más fuerte. Si tan solo hubiera notado el truco para salir de esa zona de trampas. Si tan solo no hubiera ido a ayudar a esos jugadores atrapados-‘
Sin embargo, alrededor de medio año después del incidente, notó que él no era el único culpable de la muerte de Yuuna.
‘Si solo esos jugadores imprudentes no cayeran en esa trampa jodidamente obvia’.
‘Si hubieran leído la guía de estrategia y todos tuvieran una 《Poción de Tos》[4], un elemento tan indispensable en el cuadragésimo piso.’
‘Si solo los jugadores que vinieron al rescate con nosotros no hubieran priorizado acabar con ese monstruo jefe y en cambio me hubieran ayudado a salvar a Yuuna de su difícil situación…”
En ese momento, Eiji había suplicado desesperadamente a los principales jugadores del grupo de rescate: los dos miembros del gremio Clearer llamado Fuurinkazan. ‘Se los ruego, por favor, salven a Yuna’, suplicó.
Sin embargo, esos dos respondieron que todos serían aniquilados si el jefe no era derrotado adecuadamente y, por lo tanto, ni siquiera intentaron abandonar sus posiciones.
Antes de darse cuenta, Eiji se sintió poseído por la idea de que Yuuna no había sido asesinada por los monstruos ni por el propio SAO, sino por esos dos tipos. A medida que se avanzaba el despeje de los pisos y Eiji comenzó a ver el nombre Fuurinkazan en el periódico de la proveedora de información, el foco de su odio se expandió hasta incluir a los otros miembros e incluso al líder del gremio.
‘Ellos fueron los que mataron a Yuuna. Ellos solo querían acaparar los ítems del jefe, por eso no ayudaron a Yuuna.’
En un rincón de su mente, se dio cuenta de que se trataba de un resentimiento absurdo basado en lo que prácticamente era una acusación falsa. Sin embargo, Eiji no tenía otra forma de seguir viviendo en ese mundo aparte de obsesionarse con esa idea.
Por supuesto, había considerado el suicidio muchas veces. Si él saltaba de la terraza periférica en la Ciudad de los Comienzos en el mar de nubes, él podría morir sin irse al Campo Exterior.
Sin embargo, aunque nadie expresaba esto en voz alta, en lo más profundo de sus corazones, todos se aferraron a cierta idea: “¿Qué tal si los jugadores que murieron en Aincrad en realidad no están muertos? ¿Quizás fueron teletransportados a otro lugar, donde esperan que acaben el juego?”, Esta débil esperanza impedía que Eiji se suicidara. El 7 de noviembre de 2024, SAO fue finalmente acabado y Eiji regresó al mundo real. En el hospital en el que había sido admitido, descubrió varias cosas. El hecho de que los padres de Eiji se hubieran divorciado solo un mes después de quedar atrapado en el juego de muerte. El hecho de que la casa en la que habían estado viviendo ya había sido vendida, que sus padres se habían mudado y que el que cuidaba a Eiji era el padre de Yuuna, el profesor Shigemura.
Y también, el hecho de que la proclamación hecha por Kayaba Akihiko, la mente maestra tras el juego de la muerte y el discípulo del profesor Shigemura, era verdad en cada palabra…
El mismo día y momento en que Yuna murió en el piso 40 de Aincrad, Yuuna por supuesto, había muerto. En presencia del profesor, que le informó al chico de esta verdad en voz baja, Eiji comenzó a llorar.
Habiendo recibido una llamada del hospital, sus padres llegaron a su encuentro varios días después, sin embargo, parecía que ninguno de los dos quería irse con su hijo. En ese momento, por primera vez en su vida, Eiji descubrió la razón por la cual la silaba “ji[5]” estaba en su nombre, a pesar de ser un hijo único. Su padre y su madre tuvieron un segundo matrimonio, mientras Eiji era un hijo del matrimonio anterior de su madre, y por lo tanto no tenía una relación de sangre con su padre. Aparentemente, el ex-esposo de su madre había tomado la custodia de su hermano mayor cuyo nombre Eiji ni siquiera conocía.
Cuando Eiji anunció que quería vivir solo, sus padres, que ya habían comenzado una nueva vida, regresaron a sus respectivas casas con una expresión de alivio.
Aun así, le dieron un dinero mínimo, por lo cual Eiji alquiló un apartamento barato y, haciendo uso del Programa de Ayuda a las Víctimas del Incidente de SAO, recibió un diploma de escuela secundaria completando un curso por internet. No tenía ningún deseo de ir a la escuela de supervivientes, donde había una posibilidad de que los tipos que habían dejado morir a Yuuna estudiaran.
A pesar de calificar para tomar un examen de ingreso, Eiji no deseaba estudiar en la universidad ni nada por el estilo, por lo tanto, al igual que antes, seguía ahogándose en la desesperación de haber perdido a Yuuna. El final de sus tristes días de oscuridad finalmente llegó en otoño del año siguiente, en el momento en que el profesor Shigemura solicitó su ayuda en un “proyecto para restaurar a Yuuna”.
Desde ese día, la oportunidad de volver a verse con Yuuna era el único pilar que apoyaba la voluntad de vivir de Eiji. Una vez más, comenzó a estudiar para el examen de ingreso e incluso se unió al laboratorio de Shigemura como estudiante de auditoría.
Él entendía que el fantasma digital que recrearon de los recuerdos de los jugadores de SAO no era la verdadero Yuuna. A pesar de esto, Eiji no pudo evitar aferrarse a esa débil esperanza. Este intento de crear una inteligencia artificial a partir de recuerdos humanos era el primero en el mundo de este tipo. En ese caso, no sería extraño que ocurriera algún milagro dentro de ello.
Sí… un milagro ocurrió de hecho.
Al combinar los recuerdos escaneados de decenas de sobrevivientes, una IA que hizo usaba el motor de lenguaje desarrollado por Kayaba Akihiko reprodujo con éxito la personalidad de Yuuna. Después de esto, si la etapa final de su plan (robar una gran cantidad de recuerdos de más de mil supervivientes reunidos en el Nuevo Estadio Nacional e integrarlos en la IA) tuviera éxito, Yuuna seguramente reviviría por completo.
Sin embargo, la personalidad de la IA de Yuuna era muy parecida a la de Yuuna.
Ella una vez más decidió hacer exactamente lo mismo.
Así como se sacrificó a sí misma en un intento por salvar a otros jugadores en el piso 40 de Aincrad, esta vez también decidió ayudar a un jugador de los Clearer… al “Espadachín Negro” quien había acabado SAO, para detener el plan del profesor, sabiendo que esto la llevaría a su desaparición.
En el estacionamiento subterráneo del estadio, Eiji luchó contra el espadachín negro y perdió, a pesar de explotar su traje exo hasta el límite. Y en ese punto, fue traicionado por el profesor Shigemura, en quien había confiado profundamente.
El profesor intentó robar incluso los recuerdos de Eiji sobre Yuuna.
No recordaba si este escaneo de memoria había sido llevado a cabo o no. Cuando Eiji ingresó a la sala de conciertos al recuperar la conciencia en el estacionamiento subterráneo, todo ya había terminado.
Sí… cualquier cosa y todo había llegado a su fin.
Mientras era liberado con sus pertenencias personales, Eiji no tenía idea de dónde ir ahora.
Si regresara a su departamento, solo llevaría a esos días grises de monotonía nuevamente. Sin embargo, no tenía intención de contactar al profesor Shigemura. La casa en la que nació ya había sido ocupada por otra familia. Estaba tan hambriento que sentía que su estómago se retorcía, pero no tenía ganas de ir a un restaurante a buscar algo para comer.
Cuando dirigió su mirada hacia la esquina superior derecha de su visión en un intento de mirar la hora, notó que no había nada allí. Era natural; después de todo, él no tenía su Augma equipado.
Como el Augma de Eiji fue personalizado para controlar su traje exo, fue confiscado junto con su traje roto. Suponiendo que lo recuperaría, probablemente solo suceda después de que se confirme que no enfrentará un procesamiento, pero no era claro de que eso sucediera.
En cualquier caso, si continuaba parado en la policía indefinidamente, el oficial de guardia probablemente le diría que se fuera a otra parte. En ese caso, ¿quizás debería continuar caminando sin cuidado hasta que no pudiera moverse del cansancio?
Mientras deliberaba sobre esta idea, Eiji salió a la acera frente a la estación de policía y frente a él…
De pie estaba la persona que menos quería ver.